Como todo en la vida, aquello que no se cuida se termina estropeando. Y no queremos que eso pase con nuestros pares de zapatos preferidos, la durabilidad de nuestro calzado depende mucho del cuidado que le demos.
Por eso, te compartimos algunos consejos que puedes seguir para mantener tu calzado siempre en el mejor estado posible y que duren años contigo.
Zapatos lacados (Charol):
Limpiarlos es muy fácil, puedes pasar un algodón impregnado con un poco de leche o vinagre, esto quitará las manchas del calzado. Para que siempre luzcan como nuevos es importante pulirlos, eso lo puedes hacer fácilmente pasando con fuerza un trapo aterciopelado por todo el zapato.
En el caso del charol no se recomienda el uso de cepillos, pues en ocasiones resultan un poco agresivos para el material y pueden rayarse.
Zapatos gamuza:
Una mancha en este material puede llegar a ser una pesadilla, por eso es importante actuar lo más rápido posible; coloca un poco de talco o almidón encima de la mancha, estas sustancias absorberán toda la suciedad y después de 4-5 horas podrás remover el resto usando un cepillo, sólo recuerda que no debes permitir que la mancha se seque para no sufrir consecuencias desagradables.
Para revivir este material ayuda mucho el pasarles un cepillo con cerdas de nylon y también un poco de vapor por el calzado, esto ayudará a que la gamuza no se ponga dura y se vea como nueva.
Zapatos de piel:
Con este tipo de zapatos debes ser muy cuidadoso al momento de limpiarlos, puedes comenzar quitando el polvo con un algodón seco y frotando para dar brillo, si están muy sucios puedes pasar un paño humedecido con agua. Una vez que estén limpios y secos es importante hidratar la piel, por lo que puedes ponerles un poco de crema incolora o del tono de la piel especial para este calzado. Es recomendable utilizar hormas de madera para que el zapato no pierda su forma.
¿Víctimas de la lluvia?
Una gran solución es el papel periódico, si tu calzado llega a mojarse, envuélvelo con periódico y rellena la parte interior con bolas del mismo papel, esto ayudará a absorber el agua y a que el zapato mantenga su forma, también puedes poner un poco de bicarbonato de sodio para que absorba la humedad y no quede un mal olor.
¡Ojo! Recuerda que lo mejor siempre será dejar que se sequen a temperatura ambiente, ya que las secadoras o generadoras de calor pueden llegar a dañar el calzado.
Elimina el mal olor:
Todos tenemos ese par perfecto que no podemos dejar de usar todos los días, lamentablemente eso puede llegar a causar que quede un olor desagradable en nuestros zapatos. Para eso el vinagre será tu mejor aliado; moja una bola de algodón en vinagre y frótalo por la parte interior del calzado, después déjalo al aire libre para que se ventile ¡Y bye al mal olor!
Pero recuerda que es necesario dejar que nuestros zapatos respiren, así que puedes aprovechar esos días para darle oportunidad a algún otro par y quizás encuentres un nuevo favorito.
Recuerda que los Zapatos son gran parte de nuestra carta de presentación, y un par mal cuidado puede dar muy mala imagen de nosotros.